Hay unas fotos que lo dejan a uno marcado para siempre. Esta foto es una de ellas. Este bebé estaba muerto de hambre y de sed, él llevaba ocho meses sobreviviendo en la calle a base de sobras.
Demacrado, desnudo, muriendo de hambre y vagando por las calles. Así encontró a este niño nigeriano de dos años una empleada de caridad, quien aparece en la fotografía de más abajo dándole agua, una imagen que se hizo viral.
‘Hope’ (esperanza), apodo que dieron al niño, tenía gusanos en el vientre tras vivir por ocho meses de la sobras arrojadas por los viandantes. Hasta que fue descubierto por Anja Ringgren Loven, una mujer danesa residente en África.
Después de beber le cubrieron con una manta y se lo llevaron a un hospital cercano para recibir tratamiento.
Loven es fundadora de la Fundación para la Educación y Desarrollo de Niños de África, que tiene como objetivo ayudar a niños que han sido tildados de brujos, y que son asesinados o abandonados por su familia y miembros de su comunidad.
Hope es uno de estos niños. En el hospital le tuvieron que aplicar transfusiones de sangre y le administraron medicamentos para eliminar los gusanos que tenía en el vientre.
Con todos estos cuidados Hope se va recuperando y según Anja ya puede jugar.
Anja pidió en internet ayuda para tratar al niño y no se esperaba la respuesta: recibió 1 millón de dólares de personas de todo el mundo.
Así que con este dinero no sólo se ayudará a Hope sino que ahora pretenden construir una clínica para salvar a más niños como él.
Anja y su esposo David Emmanuel Umen dirigen un centro donde los niños en esta situación reciben tratamiento médico, estudios y comida. En su página de Facebook se pueden encontrar más historias, pero pocas tan conmovedoras como la de Hope.
Comparte esta conmovedora historia con todos tus amigos para rendirle homenaje al gran trabajo de Anja.