Esta historia empieza terriblemente, con algo que un niño no tendría que soportar jamás.
"Jennifer", cuyo verdadero nombre ha sido cambiado para proteger su privacidad, tenía sólo 10 años cuando empezó su pesadilla.
Jennifer era una niña feliz, alegre y valiente, pero cuando su madre se volvió a casar las cosas empezaron a empeorar.
Ella tenía sólo 10 años cuando su padrastro empezó a pegarla. También abusó de ella sexualmente y la violó.
Debido a los abusos que sufría, Jennifer empezó a experimentar numerosos problemas en su vida. Dejó de comer, no podía dormir y estaba constantemente aterrorizaba.
«Fue el peor momento de mi vida. Me rendí y creo que todo el mundo lo vio», cuenta jennifer a Yahoo.
Pero Jennifer, quien siempre fue muy fuerte por dentro, de alguna manera logró reunir las fuerzas para contar la verdad.
A los 12 años fue a su madre y le reveló lo que su padrastro estaba haciendo.
Inmediatamente, su madre reportó a su marido a la policía, pero pasaron 3 años hasta que empezó el juicio en su contra.
A pesar de que su abuso había sido descubierto y su padre fue arrestado, Jennifer todavía sentía que no podía estar en paz.
Trataba de prepararse mentalmente para testificar contra su padrastro, pero se sentía muy débil. Tenía pensamientos suicidas, estaba aterrorizada y todavía sufría de insomnio.
No se atrevía a quitarse la ropa cuando se duchaba y constantemente revisaba la puerta y las ventanas para asegurarse de que estuvieran cerradas. Cuando lograba dormirse, era atormentada con pesadillas.
Entonces fue cuando conoció a un motorista llamado Tombstone.
Tombstone es miembro de los BACA de Los Angeles, una palabra que significa «Motoristas Contra el Abuso Infantil».
La organizació sin ánimo de lucro protege a niños vulnerables y proporciona apoyo a las familias.
Su papel puede ir desde vigilar una casa a participar en denuncias o acompañar a los niños a terapia.
Los niños reciben un contacto en la organización y pueden llamarles si sienten miedo las 24 horas del día.
En el caso de Jennifer, los miembros de BACA vigilaron su casa 24 horas al día, para que pudiera dormir tranquila y no se preocupara.
Cuando llegó la hora de testificar contra su padrastro, los motoristas estaban listos para acompañar a Jennifer.
No dejaron que la joven adolescente estuviera sola en el juicio a la hora de enfrentar al hombre que la atormentó durante años.
Ante la presencia de motoristas barbudos y enormes, Jennifer sintió la confianza para hablar al juez de todo lo que pasó.
Gracias a su testimonio su padrastro recibió una larga sentencia.
Pero sus nuevos amigos no la abandonaron ahí. Ahora son parte de su familia para siempre.
De vez en cuando, los motoristas la acompañan a la escuela y ellos siempre están disponibles para ella.
Y cuando Jennifer se graduó, miembros de Baca estaban ahí para celebrarlo.
Gracias al apoyo de Baca, Jennifer se recupera bien.
Actualmente, ella trata de dejar atrás el pasado, pero todavía quería contar su historia y celebrarlo con la gente que no quedó impasible mientras ella pasaba miedo y se sentía vulnerable.
Hoy Jennifer estudia y trabaja. ¡Su futuro se ve brillante!
Desafortunadamente, todavía hay quien cree que los motoristas son unos gangsters o criminales.
pero como con todo, es mejor no juzgar. Hay miles de buenas personas tratando de ayudar a otras y algunas llevan chaquetas de cuero, barbas y motocicletas.
¡Por favor, comparte esta historia en Facebook si quieres honrar la gran labor de estos motoristas!
