Se llamaba Mary Agyeiwaa Agyapong, tenía 28 años y acababa de dar a luz a una niña. Tenía toda una vida por delante para disfrutar de su pequeña. Sin embargo, el coronavirus decidió llevarse a una trabajadora más de la sanidad. Pero la tragedia no termina ahí, su padre había fallecido, también con covid-19, solo unos días antes. Afortunadamente su bebé ha sobrevivido.
Mary trabaja como enfermera en el hospital universitario de Luton y Dunstable, en Reino Unido. El pasado 5 de abril dio positivo en la prueba de coronavirus y dos días después fue ingresada en el mismo hospital en el que trabajaba, informa El Mundo.
Teniendo en cuenta su avanzado estado de gestación, los médicos decidieron hacerle una cesárea. Su bebé, una niña, nació bien, pero se desconoce si la pequeña estaba contagiada, informa The Times.
Después de la cesárea los médicos vieron que la joven enfermera estaba mejorando. Sin embargo falleció el pasado domingo de resurrección, 12 de abril.
El hospital en el que trabajaba, así como otros colectivos, han lamentado la muerte de esta joven madre y enfermera.
La familia informa de que el padre de Mary también había fallecido con covid-19 unos días antes.
Ahora padre e hija se han reunido en el cielo, y la bebé está siendo bien atendida.
Que una persona muera por este virus es una tragedia, pero que se trate de una enfermera tan joven, que ayuda precisamente a luchar contra el coronavirus, que también había perdido a su padre, y que se acababa de convertir en madre, me produce una tristeza enorme.
Mando todo mi amor a la familia. Descanse en paz, Mary.