En el mundo actual de ajetreo, estrés y bullicio de las ciudades, es muy fácil dejarse llevar por una marea de momentos y no considerar las cosas que te rodean.
Quizás esto sea más evidente en el metro, donde la gente a menudo va a un ritmo muy rápido.
Y, sin embargo, en medio del caos organizado, a menudo puede haber momentos en los que recordamos lo bueno que puede resultar al desacelerar un poco y cuidar a su prójimo. Y esto es evidente cuando contamos la historia de este adolescente que lucha por atarse la corbata durante un momento estresante.
Fue una anciana y su esposo quienes lo vieron y se preguntaron si necesitaba ayuda. Su interacción se volvería después viral …
Fue una mujer con un abrigo rojo quien inicialmente vio al adolescente en cuestión teniendo problemas.
Estaba sentado en un banco, tratando de conseguir sin éxito anudar su corbata.
La mujer se acercó y le preguntó : «¿Sabes hacerlo de la manera correcta?”
Cuando el joven respondió,»No, señora,» le dio unos golpecitos en el hombro a su marido y le preguntó si podía ayudar al joven a anudarse correctamente la corbata».
Una lección para toda la vida
Sin una pizca de juicio o vacilación, se puso a ayudar al joven, enseñándole despacio a atarse la corbata.
Un espectador pudo captar ese momento especial con su cámara y también se aseguró de transmitir lo que el anciano hizo a continuación.
"The young guy sitting down was struggling with his tie. The woman in the red coat noticed, and asked 'Do you know how…
Posted by Spotlight on Saturday, September 16, 2017
En lugar de simplemente hacerle la corbata y marcharse, el hombre le dio un tutorial paso a paso sobre cómo se realizaba todo el proceso y se aseguró de que el joven hubiera aprendido bien pidiéndole que se lo contara.
Puede que fuera un simple gesto pero le enseñó al joven dos cosas. Primero a anudarse una corbata, lo que es siempre muy útil, y segundo – y quizá lo más importante – que pararse unos minutos a ayudar a alguien es una cualidad que no tiene precio.
Piensa, ese joven podría continuar realizando este mismo gesto en los años venideros, y en un mundo feliz de constante repetición de gestos sería muy bonito vivir.
¡No sé si a ti te habrá pasado lo mismo, pero a mi esta historia me ha llegado al alma!
Por favor comparte la historia si piensas que este anciano merece ser elogiado por enseñar a este joven una lección que conservará para el resto de sus días.