A menudo el mayor problema que enfrentan las personas con síndrome de Down es la dificultad de integrarse al mercado laboral y ganar así un nivel aceptable de independencia.
Mateo, Leandro, Mauricio, Franco, Tomy y Pablo son seis chicos con trisomía 21 que se cansaron de nunca conseguir trabajo a causa de que siempre eran rechazados por su síndrome de Down.
Así que un día decidieron abrir su propio negocio de pizzas a domicilio llamado “Los Perejiles”.
Estos seis chicos se conocieron en Sumando, un centro recreativo para niños, jóvenes y adultos con síndrome de Down.
Allí es donde conocieron también a Leandro López, profesor de educación física y psicomotricista, así como a Kevin Degirmenci. Los dos hombres plantearon a los papás de esos chicos la posibilidad de abrir un negocio, ya que aunque iban a un colegio especial donde se les formaba en distintos oficios, lo cierto es que todo se quedaba ahí, después no había una salida laborar real.
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Por eso les propusieron montar una pizzería junto a sus hijos para que pudieran labrarse un futuro juntos.
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Las tareas están distribuidas de acuerdo a las capacidades de cada uno; Mateo, de 24 años, es muy bueno amasando la masa de pizza, Leandro y Mauricio, de 22, se encargan de la salsa, Tomy prepara las recetas para celíacos y Pablo, de 42 y Franco, de 19, se encargan de la atención al público, ya que son los más abiertos y extrovertidos.
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Suelen acudir a eventos con su propio horno y todos los ingredientes, dejando a sus clientes más que satisfechos.
Aunque ninguno tenía experiencia en una pizzeria, hoy son excelentes profesionales.
Por favor, comparte la historia de estos jóvenes emprendedores, quizás inspire a otros jóvenes como ellos.