Esta historia la he escuchado, en distintas versiones, varias veces, pero me parece tan genial que la quería compartir con vosotros.
Un policía estaba estacionado a las afueras de la ciudad controlando los vehículos con exceso de velocidad, cuando vio acercarse un Seat azul a muy poco velocidad.
Como puede ser igual de peligroso conducir muy despacio que hacerlo a excesiva velocidad, el policía puso la sirena hacer parar a las anciana.
Cuando el coche estuvo cerca, vio que, además de la conductora, había cuatro ancianas más en el vehículo. Todos con los ojos muy abiertos y con cara de conmoción.
La conductora, muy sorprendida, preguntó al policía:
– Agente, ¿no entiendo por qué me ha parado? ¿Iba al límite de velocidad?
– No iba demasiado rápido, iba demasiado despacio, lo que también puede ser peligroso, contestó el policía.
– ¿Demasiado despacio? Yo iba exactamente a 18 kilómetros por hora, dijo la abuela orgullosa.
El policía se rió entre dientes y le explicó que conducía por la carretera E18 y que 18 era el número de la vía no el límite de velocidad.
Algo avergonzada la anciana le dio las gracias por la ayuda y se dispuso a seguir su camino cuando el policía la volvió a parar.
– Antes de que se vaya tengo que preguntarle ¿Están todas las señoras sentadas detrás bien? Parecen conmocionadas y no han dicho ni una palabra desde que han parado.
– Ahhh, bueno, estarán bien en un par de minutos. ¡Es que acabamos de salir de la E249!
¡COMPÁRTELO si te ha hecho reír!