Hay historias que me revuelven el estómago y ésta es sin duda una de ellas: el horrible maltrato sufrido por una niña pequeña a manos de su madre y su padrastro.
Puede que a muchos les perturbe leer este tipo de noticias, pero creo que es importante denunciar que estas cosas suceden y así poder estar más atentos para actuar ante cualquier indicio de maltrato como el que sufrió Lauren Kavanaugh, en Estados Unidos.
La aterradora historia del abuso sufrido por Lauren Kavanaugh salió a la luz en el año 2001, después de que las autoridades la encontraran, con apenas 8 años, encerrada en el armario de su madre, durmiendo sobre sus excrementos, en los huesos y con signos de haber sufrido abusos sexuales.
Según reportó el diario DailyMail, Lauren fue inicialmente dada en adopción a Bill y Sabrina Kavanaugh.
Con su nueva familia la pequeña vivió días felices.
Sin embargo, la infancia tranquila y feliz no iba a durar mucho para Lauren. La madre biológica, Barbara Atkinson, había cambiado de opinión y quería que le devolvieran a su hija.
Un error del abogado a la hora de completar los papeles de la adopción supuso que los Kavanaugh no pudieran hacer nada y que Lauren fuera devuelta a su madre. Ahí es cuando empezó su pesadilla.
Un día, explicó Lauren, cansada de escucharla llorar, Barbara, su madre, la metió en su armario. Ella pensó que era un castigo temporal, pero estaba equivocada.
Cuenta que ese día, cuando todavía tenía 3 años, la violaron y la volvieron a meter en el armario, que pasó a convertirse en su nuevo hogar.
Los abusos por parte de la madre y su padrastro, Kenneth Ray Atkinson, fueron constantes. No le daban de comer, la golpeaban y le hacían dormir sobre sus propias heces.
Recuerda que una vez su madre incluso le metió la cabeza en agua hasta que perdió el conocimiento.
Ni su hermana mayor ni sus otros 4 hermanos menores sufrieron los abusos a los que ella se enfrentó. Según la madre, ella era “mala” y lo merecía…
“Mi mamá traía a casa a chicos o chicas para que tuvieran sexo conmigo. Si gritaba o lloraba, esto los volvía locos. Mis padres pensaban que era divertido mirar. Tenía que hacer lo que ellos decían para seguir viva”, explicó Lauren al DailyMail.
«Me ataban a la cama y me violaban hasta que hubiese sangre por todas las sábanas», cuenta Lauren.
Durante cinco años, Lauren sufrió estos horribles maltratos. Hasta que un vecino, a quien le enseñaron a “la niña escondida en el armario”, informó de la situación a la policía.
Cuando la encontraron, Lauren tenía el tamaño de una niña de 2 años y sus capacidades físicas y cognitivas estaban muy mermadas debido a su aislamiento y la falta de alimento. Su estómago estaba hinchado por la desnutrición severa que sufría.
Sus piernas estaban rojas y despellejadas por haber tenido que sentarse tanto tiempo sobre su propia orina, pesaba sólo 11 kg y apenas podía hablar.
Más tarde descubrieron que el extraño lenguaje que tenía lo aprendió de las letras de música country que su madre ponía para acallar sus gritos mientras la torturaban y violaban.
Los médicos tuvieron que trabajar duro en su recuperación. Fue sometida a varias cirugías reconstructivas debido a los fuertes abusos sexuales a los que fue sometida. También la tuvieron que alimentar con un sistema desarrollado para las víctimas del Holocausto.
Barbara Atkinson y su padrastro, Kenneth, fueron sentenciados a pasar la vida en la cárcel y no podrá revisarse su caso hasta el año 2031.
Durante los años siguientes, Lauren, quien volvió a vivir con su primera familia adoptiva, los Kavanaugh. Pero su pesadilla no terminó ahí.
Por si fuera poco, en 2005 trabajadores sociales convencieron a los Kavanaugh de dejar un tiempo a la niña con una prima mayor y su pareja. Entonces el marido de la prima la llevó fuera y la violó.
En los años siguientes Lauren experimentó capítulos de ira, se peleaba en la escuela y trató de suicidarse varias veces. Pero el cambio llegó cuando la llevaron a una escuela especial, donde conoció a otros supervivientes de abusos como ella. Entonces supo que no estaba sola.
Hoy parece que Lauren, dentro de lo posible, ha conseguido rehacer su vida, gracias en parte al apoyo de su novia, Janae.
Aun así, Lauren todavía conserva profundas cicatrices físicas y psicológicas, que seguramente la acompañarán el resto de su vida.
Esta es sin duda una de las historias más espeluznantes de maltrato que he visto jamás. ¿Cómo puede una madre tratar así a su hija?
Por favor, compartan para concienciar a todo el mundo sobre la existencia del abuso infantil. Y recuerden: si ven algo sospechoso hay que alertar a la autoridades. ¡Nunca hay que quedarse con los brazos cruzados!