El mundo está lleno de hechos negativos y acontecimientos oscuros y es de vital importancia que pongamos una nota positiva sobre ellos para poder restaurar la fe en la humanidad.
Por ello nos gustaría hablaros de Robby Ketchell, científico, corredor, padre un buen hombre/superhéroe.
El año pasado, Ketchell y su esposa Marya dieron la bienvenida a su hermoso hijo Wyatt. Wyatt nació con síndrome de Down, lo que llevó a su padre a correr la maratón de la ciudad de Nueva York para recaudar fondos y así ayudar a familias con niños con el mismo síndrome.
Wyatt nació prematuro y tuvo que pasar casi 70 días en la UCIN. A pesar de ello, Robby admite que tuvo mucha ayuda para conseguir que su bebé fuera un niño feliz y sano, incluyendo la terapia física y ocupacional y la intervención temprana. Robby quería mostrar su agradecimiento ayudando a otros.
Se le ocurrió la idea de correr la maratón de la ciudad de Nueva York en 3 horas y 21 minutos, simbolizando las tres copias del cromosoma 21 de Wyatt. Su objetivo inicial era la recaudación de fondos por valor de 3,210 dólares pero se superó con creces esa cifra y consiguió más de 11,000 dólares.
Cuando llegó el gran día, Robby había preparado la mente y el cuerpo. Aún así, rápidamente se dio cuenta de la enormidad de la tarea a la que se enfrentaba. En el kilómetro 13, sabía que estaba en problemas. Y entre los kilómetros 27 y 32, sabía que terminar en menos de 3:21 sería imposible.
“En el kilómetro 32, me caí de rodillas» explica. «Sentí como si las piernas se me rompieran. Era el final. Sabía que podía caminar en ese punto, pero había querido darlo todo».
Robby no corrió la carrera en 3:21, pero pudo tomar a Wyatt en sus brazos cerca de la línea de meta y llevarlo con él, así que padre e hijo completaron la carrera juntos.
«Lo que quiero principalmente es que la gente recuerde que no se trata de ponerse límites a uno mismo, se trata de superarlos», dijo.
«Esto es muy importante para cualquiera que tenga síndrome de Down. Luchamos con ello todos los días, ya que las personas intentan limitar a Wyatt o simplemente lo ven como un diagnóstico».
«Para mí correr en 3:21 era un gran reto. Tuve que esforzarme mucho y no lo conseguí. Pero puse todo mi empeño.”
Es cierto, Robby no consiguió llegar por debajo de las 3:21, pero la fuerza y el valor que mostró eclipsan cualquier número en una hoja de papel. Según su Twitter, ¡planea correr la misma maratón nuevamente este año! Estamos seguros de que lo logrará.
¡Comparte este artículo si quieres elogiar a Robby y desearle a él y a Wyatt la mejor de las suertes en el futuro!