Cuando Amy “Dolly” Everett tenía 6 años, le llegó una oportunidad que le cambiaría su vida.
A la preciosa niña le ofrecieron un contrato de modelo y fue fotografiada con un gran sombrero «Akubra». Este sombrero icono en Australia simboliza la naturaleza virgen del país.
Dolly se convirtió pronto en la imagen de la compañía, y sus fotografías se difundieron por toda Australia.
Desgraciadamente, la fama le supuso un alto precio – uno que nadie debería jamás pagar.
A los 14 años, Dolly se quitó la vida.
Dolly fue objeto de un brutal e intenso acoso. El hostigamiento se difundió como la pólvora por internet – de una manera que era muy difícil de detectar por los adultos cercanos a Dolly.
Lo que los padres notaron no obstante fue que Dolly cambió. Y de ser «la niña más divertida del mundo» se convirtió en una adolescente nerviosa y ansiosa que apenas hablaba con los demás. Además no quería ir al colegio.
Según su madre Kate, Dolly fue insultada en varios ocasiones por varios chicos que la llamaban «puta».
«No sé si los chicos de 12 años saben lo que eso significa, no deberían», dijo ella a News.au.
“Le solía decir: ‘Ya verás como mejorará, te adaptarás. Todo el mundo trata de adaptarse y busca encajar dentro del orden establecido. Trata de no ser mala'».
Como Dolly se crió en una granja, lejos en el campo, tendía a mantenerse aislada. Los acosadores en internet solo empeoraron la situación.
Su padre, Tick Everett, dijo que su hija quería escapar del mundo.
Trágicamente, Dolly se suicidó en la noche del 3 de enero del 2018.
Sus padres lo describen como «la noche más larga» de sus vidas. No pudieron hacer más que sostener el cuerpo sin vida de su hija hasta que llegó la ambulancia. Y ello tomó su tiempo porque la familia vivía lejos.
Días después del suicidio, Tick escribió un largo y emotivo mensaje sobre la vida de Dolly en Facebook.
El padre agradeció a todos el apoyo recibido, pero aprovechó la oportunidad para dirigirse a esos jóvenes que habían empujado a su hija al suicidio.
«Esta semana ha servido de ejemplo para ver cómo deberían usarse las redes sociales, y también cómo no deberían usarse. Si podemos ayudar a otras preciosas vidas a que no sufran y no cometan la misma acción entonces la vida de Dolly no habrá sido en vano», escribió.
Dolly era una persona «con un alma maravillosa y cariñosa». Su familia llevó un dibujo hecho por la niña – de una figura delgada inclinada hacia atrás.
Objeto de acoso
El mensaje que se lee entre líneas: «Habla aunque tu voz tiemble».
Según su padre: “Este poderoso mensaje nos habla del lugar oscuro y aterrador desde el cual nuestro hermoso ángel había viajado».
Tick también tenía un mensaje brutalmente honesto diseñado para dar una lección a los acosadores de su hija. Y escribió en Facebook: «»Si por casualidad las personas que pensaron que esto era una broma y se sintieron superiores por el constante acoso y hostigamiento y ven esta publicación, por favor que vengan al funeral y sean testigos de la total devastación que habían creado».
Su padre continuó su mensaje intentando reunir a los «fuertes», alentándolos a no dejar que el acoso gane, y recordando a los demás que deben trabajar juntos para ponerle fin a esto de una vez por todas.
La compañía de sombreros, de quien Dolly fue imagen hacía unos años, se quedó muy «conmocionada» ante el suicidio. Ahora han puesto en marcha una campaña que ayuda a concienciar sobre el acoso escolar.
La familia Everett, al mismo tiempo, ha creado un fondo en nombre de Dolly «el sueño de Dolly». La fundación tiene como objeto apoyar a las organizaciones benéficas y contribuir a los cambios positivos en torno al maltrato.
La familia mostró una fuerza increíble ante este trágico y terrible suceso.
Nadie nunca debería enterrar a un hijo a consecuencia del acoso, pero desgraciadamente este problema existe.
Por favor comparte esta terrible historia para concienciar a la gente de las consecuencias de permanecer en silencio.
Si conseguimos que más gente lea esta historia quizá con ellos podamos evitar que en un futuro se comentan más suicidios.