Para Casey dar la bienvenida a su reción nacido, Hunter, fue un sueño hecho realidad. Pero después de solo dos días la madre vio que algo no iba bien.
El pequeño Hunter no quería comer y lo poco que comía lo vomitaba.
Lo médicos le hicieron radiografía y descubrieron algo misterioso al estudiar las placas. Vieron un bulto tan grande que ocupaba la tercera parte del estómago de Hunter.
"Nos enseñaron la radiografía y lo más doloroso fue ver el bulto en su estómago que le impedía comer", cuenta el padre, Jake a CBN.
El bulto amenzaba su vida ya que Hunter no podía comer lo suficiente debido a ello.
Hunter tuvo que volar a Denver (Colorado) en Estados Unidos para una operación inmediata. Lo único que podía hacer la familia era tener esperanza.
Cuando los médicos salieron de la sala de operaciones, se llevaron una gran sorpresa.
”No sabía que pensar, no sabía qué decir. Uno no espera que su bebé tenga que ser operado con tan solo dos días de vida”, dice Casey.
Si la operación salía bien, tendría que estar en el hospital de dos a seis meses.
La tarde antes de la operación, Casey comenzó a alimentar a su bebé.
«Estábamos solos en la habitación y yo alimentaba a Hunter. Se tomó bastante del biberón, parecía que estaba bien», explica Casey.
La madre no quería perder la esperanza, pero algo en la radiografía previa a la operación mostró que algo incomprensible había ocurrido.
”Unos minutos después el médico salió con una mirada extraña que nos dio un susto de muerte. Algo ha pasado, pensé, y parecía que no se trataba de nada bueno», recuerda Casey.
Pero el médico llegó con una noticia completamente diferente a la que Casey esperaba.
«Acabamos de hacerle una radiografía y no sé que es lo vimos antes, pero ahora no hay nada», explicó el médico.
El bulto, o lo que sea que vimos en los primeros rayos X, ya no está.
Casey y Jake pudieron ver los informes de los médicos en los en los que ponía que lo que había en el cuerpo de Hunter había desaprecido de un día para otro.
”No pudieron explicar lo que había pasado y tampoco hicieron un verdadero intento por hacerlo. Solo sé que se había curado. Sé que el poder superior ha jugado algún papel. Recuerdo que miré a Casey y explotamos, comenzamos a llorar los dos», cuenta Jake.
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