Kate Ogg de Australia y su esposo David se pasaron tres años tratando de concebir un hijo. Por fin recibieron noticias que les cambió la vida: ¡por fin estaban embarazados y de hecho, esperaban gemelos!
Pero Kate dio a luz a sus gemelos de manera prematura, y en ese momento los médicos les dieron a su marido Dave y a ella, la peor de las noticias.
Uno de los bebés, Jamie, estaba muerto. Y al instante, lo que debería haber sido la noticia más feliz de la vida de esta pareja se convirtió en su peor pesadilla.
Aun así, Kate se negó a creer en las palabras de los médicos y sostuvo el cuerpo sin vida de Jamie junto al suyo durante horas. Y fue entonces cuando sucedió lo impensable.
En marzo de 2010, Kate dio a luz a las gemelos Emily y Jamie en la semana 27 de su embarazo. Jamie salió primero, y Emily llegó dos minutos después.
De inmediato, el sistema de monitoreo de la sala de maternidad comenzó a enviar sonidos de advertencia al notar que Jamie permanecía en silencio e inmóvil. Los médicos sabían que algo andaba mal, y todos se reunieron alrededor del pequeño Jamie. La madre, supo que algo no marchaba bien con su hijo.
Los médicos intentaron durante 20 minutos salvar a Jamie, pero finalmente tuvieron que enfrentarse al hecho de que el niño estaba muerto. Los padres del niño estaban devastados, y por supuesto, pidieron abrazarlo por un momento para despedirse.
“Lo vi jadear pero el médico dijo que no tenía sentido. Tomé a Jamie y se lo quité al médico. Luego les pedí a todos que se fueran. Tenía frío y solo quería darle calor», dijo Kate a The Daily Mail.
Kate le pidió a su esposo que se quitara la camisa y se metiera en la cama con ella para que ambos pudieran calentar a su Jamie con su piel.
Kate mantuvo a Jamie en su pecho durante dos horas. Ella lo abrazó y lo acarició. Y le dijo que su hermana, Emily, estaba bien y que querían que despertara y volviera a casa con ellos.
Jamie continuó jadeando de vez en cuando, pero los médicos le dijeron a Kate que los jadeos eran solo reflejos y que no debían esperar mucho.
La pareja había estado tratando de tener hijos durante años, y no podían soportar la idea de perder a Jamie. Pero su hijo aún no se había rendido.
Tras estar en contacto piel con piel con su madre durante dos horas, Jamie de repente comenzó a respirar regularmente. Al principio, Kate no creía que pudiera ser cierto, y los médicos se sorprendieron cuando se dieron cuenta de que Jamie había vuelto a la vida.
David, el esposo de Kate, dijo: «Afortunadamente tengo una esposa muy fuerte e inteligente. Ella instintivamente hizo lo que hizo. Si no hubiera hubiera sido así, Jamie probablemente no estaría aquí».
El evento fue un verdadero milagro, y gracias a Kate y David, los dos niños sobrevivieron.
Después de un tiempo en el hospital, el bebé milagroso finalmente pudo irse a casa.
Han pasado ya nueve años desde que Jamie y Emily nacieron, y ambos niños están bien hoy, e incluso tienen un hermano pequeño.
Kate y David temían que Jamie sufriera daño cerebral debido a este nacimiento milagroso, pero el niño no ha mostrado signos de ello. De hecho, es como cualquier otro niño de 9 años.
Esta emotiva historia es realmente increíble y me recuerda la importancia de que nunca hay que rendirse. El verdadero amor puede lograr cualquier cosa.
¿Te ha conmocionado a ti también la historia de Jamie?
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