En el mundo de hoy, ningún niño debería padecer hambre, y todavía un preocupante número de familias siguen luchando cada día por conseguir incluso sus necesidades de comida básicas.
La dura realidad que deben afrontar algunos niños, hace llorar a los maestros de los EEUU, como en este caso tras la desgarradora pregunta que le hizo uno de sus alumnos.
La profesora, Brooke, utilizó Facebook para compartir sus experiencias y su publicación ha conseguido desde entonces una enorme repercusión en todo el mundo.
Según lo que escribió en las redes sociales, Brooke dijo: «Hoy he llorado en el trabajo. Y no porque odié mi trabajo, o por lo duro que sea (que realmente lo es).»
«Hoy he llorado por un niño, un niño que inocentemente hablaba de comida, de la falta de comida».
La pilló por sorpresa
Brooke dijo que estaba desprevenida cuando el niño le preguntó cuándo vendría la «señora que pone comida en mi mochila».
Resultó ser la consejera y mentora de la escuela. Brooke, insegura sobre lo que necesitaba, le dijo que no sabía cuándo la señora que estaba buscando vendría.
Ella continuó preguntando qué había en la bolsa que tanto le gustaba. Quizás fuera un cuenco de macarrones, o galletas saladas, quizá espaguetis.
«El niño se sonrió y le dijo que ellos no tenían esas cosas», siguió escribiendo la maestra.
«Entonces sucedió. Me miró y dijo ‘esos pequeños quesitos (mientras hacía un pequeño círculo con la mano).»
«No los tenemos en mi casa, pero cuando me lo da me llenan la barriga y me ayudan a dormir».
«Y me perdí, me puse a llorar delante de mis 20 niños. Ningún niño debería pasar hambre nunca».
Brooke sabía que tenía que hacer algo, así que envió un mensaje al grupo de chat de los maestros, preguntándoles si podían donar dinero para comprar una bolsa de comida y dársela al niño para que se la llevara a casa.
Su publicación además se ha compartido 29 000 veces y ha recibido más de 4 700 comentarios. No solo eso, sino que, lo que es más importante, la escuela, en Jacksboro, Texas, ahora ha creado una despensa de alimentos para que sus estudiantes se aseguren de que puedan obtener comida y productos de higiene cuando sea necesario.
«No escribí esto para recibir elogios, nadie hace esto para recibir elogios», dijo Brooke.
«Quiero que la gente sepa que los profesores sean humanos. Queremos a vuestros hijos y buscamos lo mejor para ellos.»
«Algunos días nos sentimos frustrados y abrumados, pero hoy hicimos lo que era mejor para un niño. ¿Aparecerá esto en el ranking de alguna estadística? ¡No! ¿Nos importa? ¡No!»
«Ser profesor es como estar en una montaña rusa. Pero hoy ha valido cada lágrima derramada al ver cómo se le iluminaba la cara al meterle esa bolsa en su mochila».
Brooke, muchas gracias por lo que has hecho, no solo por tratar de abordar un problema obvio, sino por arrojar luz sobre un tema que tal vez muy pocas personas conozcan realmente.
Comparte este artículo si crees que Brooke es una maestra increíble.