Recientemente una madre, su hija biológica y su hijo adoptivo entraron en un restaurante en Estados Unidos. Los clientes del lugar se quedan espantados cuando escuchan a la madre tratar muy diferente a su hija biológica que al niño, a quien llega a decir que nadie le adoptará nunca. ¿Qué harías en una situación como esta?
Hay pocas cosas más deplorables que sacar ventaja de un pobre niño, todavía más de un menor en apuros que no ha tenido suerte en la vida y que se ve obligado a buscar hogares de acogida.
En Estados Unidos el gobierno da una mensualidad de unos US$700 a las familias que deciden tener en casa a niños sin hogar, pero esto ha hecho que algunos los tengan en sus casas sólo por el beneficio económico.
La madre de esta historia parecía ser una de esas personas. Le dice a su hija que ella puede pedir lo que quiera porque es su hija de verdad, mientras que a él sólo le deja ordenar un plato de papas.
Incluso le riñe a él cuando su hija no se porta bien.
En realidad se trata de un experimento social y tienes que ver cómo reaccionó la gente a su alrededor.
Y es que no hay que callar en situaciones así, no podemos contribuir a que se vulneren los derechos de un niño de esa forma. Comparte este artículo y crea conciencia sobre la necesidad de denunciar este tipo de maltratos.