El amor de la madre por sus hijos es eterno, y esto ha sido probado desde el principio de los tiempos.
El vínculo entre la madre y sus hijos es evidente en todo el mundo y no solo entre los humanos, sino también entre la enorme mayoría de los animales. Y por esta razón las madres arriesgan sus vidas por proteger a sus pequeños y sufren si ven que algo no les va bien.
Para Ada, la sola idea de que su hijo necesitaba asistencia le hizo no cuestionarse que tenía que ayudar. ¿Y lo más especial de esta historia? Que su hijo tiene 80 años, y ella 98.
El amor de la madre por sus hijos es eterno, y esto ha sido probado desde el principio de los tiempos.
El vínculo entre la madre y sus hijos es evidente en todo el mundo y no solo entre los humanos, sino también entre la enorme mayoría de los animales. Y por esta razón las madres arriesgan sus vidas por proteger a sus pequeños y sufren si ven que algo no les va bien.
Para Ada, la sola idea de que su hijo necesitaba asistencia le hizo no cuestionarse que tenía que ayudar. ¿Y lo más especial de esta historia? Que su hijo en ese entonces tenía 80 años, y ella 98.
Hace unos años Ada se mudó al centro para ancianos de Moss View, en Liverpool, en el Reino Unido. Ella no necesitaba ningún tipo de asistencia pero quería estar cerca y cuidar de su hijo mayor.
Tom Keating era el mayor de los cuatro hijos de Ada y se había ido a vivir a una residencia de ancianos hacía un año. Tom había vivido con su madre casi toda la vida, de manera que estaban acostumbrados a vivir juntos.
Por eso Ada pensó que era normal hacer lo mismo y tomar una habitación para ella en Moss View.
Según Philip Daniel, el director de Moss View: «Es muy raro ver a madres y a hijos juntos en una residencia y queremos realmente que su tiempo juntos sea especial y posible».
Las otros dos hermanas de Tom – Barbara y Margi – visitan la residencia de ancianos lo más a menudo que pueden. Mientras que Tom y Ada pasan sus días jugando a las cartas o viendo su serie de televisión favorita, el show británico «Emmerdale».
«Es muy conmovedor ver la estrecha relación que comparten Tom y Ada y estamos muy contentos de haber podido satisfacer sus necesidades», dijo Philip.
¡Qué dulce historia de amor maternal en la que realmente no hay límites!
¿Sería algo que harías si tuvieras la suerte de vivir tanto?
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