Imagina estar completamente consciente pero ser incapaz de mover tu cuerpo o comunicarte. Es decir, puedes ver, oir y entender todo, pero no puedes interaccionar con nadie. Sería la peor prisión del mundo y ahí es donde en 2001 se encontró Nissa Smith. Nissa había dado a luz a su tercera hija cuando colapsó de repente. A la noche siguiente no podía hablar o moverse aunque estaba totalmente consciente. Tenía lo que se conoce como “síndrome de enclaustramiento”, una condición aterradora que a veces ocurre después de que un accidente cerebrovascular daña el tallo cerebral.
Los médicos dijeron a la familia de Nissa que nunca se recuperaría y recomendaron que la dejaran morir. Pero una enfermera le notó un brillo en los ojos y decidió averiguar si ella todavía seguía ahí.
La enfermera pidió a Nissa que parpadeara si podía escucharla y, ante la sorpresa de todos, Nissa parpadeó. Entonces sólo para asegurarse le pidió que lo hiciera dos veces, lo que Nissa hizo.
Las enfermeras y la familia estaban felices y pronto idearon un sistema para que Nissa pudiera deletrear palabras con el parpadeo y así comunicarse.
Ahora gracias a esta enfermera Nissa ha sido capaz de ver crecer a sus hijas. Conoce la emocionante historia de Nissa en este video:
Una historia increible ¿Verdad? Compártela con tus amigos para que vean que los milagros existen.