En abril del 2018, la familia Clemens cambió para siempre. Esta familia compuesta por siete miembros estaba cerca de Sterling City, Texas, cuando se vieron envueltos en un accidente de tráfico. Los padres Jim y Karisa y la hija de la pareja de dos meses de edad, Juliana, murieron en el accidente. Los otros hijos Angela, Zachery, Wyatt, y Nicholas sobrevivieron, pero estaban gravemente heridos.
Fueron ingresados en el hospital de Fort Worth hospital donde comenzaron un largo camino para la recuperación.
Angela, de 8 años, sufrió un grave trauma en la cabeza, que la dejó en coma durante una semana. También se rompió las piernas. Zachary, de 5 años, se rompió la espalda y sufrió muchas lesiones internas. Wyatt, de 4 años, sufrió varios golpes e inicialmente quedó parcialmente paralizado del lado izquierdo.
El hermano menor, Nicholas, de 2 años, recibió asistencia en el hospital por sus heridas y fue dado de alta a los pocos días y quedó al cuidado de su tía abuela.
Cada niño pasó por sus crisis y mejorías en su recuperación.
Cuando Angela finalmente despertó, según comenta a TODAY Teresa Burrell, la tía abuela de los niños, la primera persona por la que preguntó fue su hermano.
«Así supimos que recordaba a su familia», dice Burrell. «Es difícil saber dónde te encuentras cuando tienes una lesión cerebral. Pero esta reacción, nos dio más esperanzas y nos sentimos más aliviados ante la nueva situación».
Un momento particularmente emotivo fue el instante en el que los tres hermanos se vieron por primera vez tras el terrible accidente.
«Era lo que realmente necesitaban», dijo Burrel. «Estaban sufriendo mucho y el verse les reconfortó».
Durante su recuperación, Zachary comenzó a mostrar signos de depresión. Con el fin de ayudarlo a levantar el ánimo, organizaron una fiesta de helados. Asistieron su hermana mayor Angela y su hermano pequeño Wyatt.
«Cantaron canciones sencillas y fue como la noche y el día. El niño simplemente mejoró», dijo Burrell. «Los tres estaban juntos, y levantaron su moral. Él simplemente se animó».
A medida que los días iban convirtiéndose en semanas, los hermanos Clemens fueron mejorando y su camino hacia la recuperación se hizo un poco más fácil, gracias a una recaudación de fondos que consiguió reunir casi 300.000 dólares.
Hay muy personas buenas, de muy diferentes tipos de creencias que han unido sus oraciones en nombre de estos niños, y lo hemos sentido», dijo Burrell. «Lo sentimos como una familia y definitivamente lo hemos visto en estos niños. Acabamos de verlo. Ha sido un milagro y ha sido increíble».
Desde que las fotos de los hermanos de Clemens se volvieron virales, los niños han seguido recuperando su fuerza.
Según PEOPLE, los niños viven con su abuela, Susan Skillicorn, y su marido. Burrell comenta que todavía no saben cómo le afectará a Angela el daño cerebral, pero ella y sus hermanos han comenzado a ir de nuevo a la escuela.
«Los visitamos hace un mes o algo así… estaban corriendo y jugando», dijo Burrel a PEOPLE. «Había risas y mucha felicidad. También hay momentos tristes, claro, porque echan de menos a sus padres, y necesitaran terapia para recuperarse – pero su futuro es optimista, y ellos están lo mejor que pueden estar.»
Si bien los hermanos Clemens no están completamente curados, han hecho increíbles avances, sorprendiendo a su familia y a los médicos.
Les deseamos lo mejor en su muy difícil viaje, pero sabemos que tienen mucho apoyo, y eso es tan importante como sus tratamientos.
Comparte este artículo y muestra tu apoyo con la esperanza de que estos niños se recuperen lo mejor y más rápido posible.