Todo parecía estar en contra de Melanie y Doug, pero esto demuestra que los milagros existen.
El parto puede ser un momento complicado, pero lo fue especialmente para Melanie Pritchard.
Había llegado por fin el día de traer al mundo a su bebé, cuando Melanie sufrió una embolia amniotica y fue declarada clínicamente muerta.
Los médicos lograron resucitarla, pero su condición tan sólo empeoraba. Se le detectó un sangrado interno y fue llevada de urgencia a la sala de operaciones.
La familia se esperaba lo peor. A pesar de haber sobrevivido, según los medicos Melanie necesitaba un transplante de corazón o pulmón, y aun así experimentaría problemas neurológicos.
Pero su marido nunca se rindió, rezó todo lo que pudo. Horas después, ella respiraba por si sola y no necesitaba más medicación. En una semana volvía a casa milagrosamente y sin problemas de salud para cuidar a su recién nacida, Gabriella.
¡Fue un milagro! Según su familia es una prueba de que Dios escucha nuestras oraciones.
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