Era un día como otro cualquiera, y la camarera Sarah Hoidahl hacia su turno de tarde en el restaurante Ruby Tuesday en la ciudad de Concord, New Hampshire, cuando sin querer oye la conversación de dos mujeres sentadas en el restaurante.
Debido a un recorte gubernamental ocasionado por el bloqueo en una cuestión presupuestaria, el gobierno del EEUU había decidido dejar de pagar temporalmente los salarios. Las mujeres del restaurante eran militares y afectadas discutían sobre cómo iban a solucionar el impago de sus salarios y cómo iban a hacer frente a la bolsa de la compra para alimentar a sus familias. Al mismo tiempo, buscaban la oferta más barata en el menú del día.
Cuando Sarah, la camarera oye la conversación, se le ocurre una idea - y ello supone el comienzo de una maravillosa historia.
Como Sarah tenía un bebé de 9 meses que cuidaba mientras vivía en casa de su madre, sabía de primera mano como hacen la mujeres malabares para conseguir organizar su día a día de la mejor manera.
Y por ello, decide pagarles la cuenta a las dos mujeres, un total de 27,75 dólares, unas 250 coronas suecas.
En el momento de pagar la cuenta, Sarah les entrega en su lugar un mensaje escrito que dice lo siguiente:
«Debido a un recorte gubernamental, personas como ustedes que con su trabajo protegen a nuestro país, se quedan sin salario. Por lo que fuera, yo continuo cobrando el mío. Por lo tanto, me hago yo cargo del coste de la comida. Gracias porque mujeres como ustedes orgullecen nuestro país. Que tengan un buen día. Sarah»
Sara sabía que no tenía suficiente dinero para echar gasolina al coche – pero no obstante ella sentía que hacía lo correcto.
Sin embargo, la camarera no tenía ni idea de que este generoso gesto iba a difundirse rápidamente por internet.
New Hampshire National Guard, la empresa en que trabajaban las dos mujeres, publicó en el facebook una fotografía de Sarah junto con un texto donde se contaba lo que había sucedido.
La publicación se difundió rápidamente.
No tardó mucho en llegar la noticia a oídos de la presentadora de televisión Ellen DeGeneres, quién a su vez decidió invitar a Sarah a su popular programa de televisión.
En dicho programa una sorpresa esperaba a Sarah. La presentadora sacó de su billetero 27,75 dólares, la misma cantidad que Sarah había pagado por la comida.
Pero esto no era todo.
Ellen DeGeneres había oído que Sarah no tenía televisión y le regaló dos nuevos televisores de 50 pulgadas
…pero antes se le hizo entrega de un cheque por valor de 10 000 dólares, unas 90 000 coronas suecas
¡La reacción de Sarah es maravillosa!
¿Karma, así se llama?
Aquí puedes ver en el video el momento en el que Sarah participa en el programa de Ellen DeGeneres.
Un maravilloso ejemplo de como al final siempre vale la pena mostrar amor y preocupación por nuestros semejantes.
¡No dudes en compartir esta increíble historia con tus seres queridos!