Por suerte puedo decir que mis tres bebés nacieron sin problemas. Ninguno de ellos tuvo complicaciones al nacer y, a pesar de experimentar el dolor del parto, tampoco yo tuve ningún problema en el parto.
Por desgracia, no todos los nacimientos son iguales. De hecho, muchos nacimientos sufrirán de alguna manera cierta complicación y ello sin mencionar a los bebés que vienen al mundo todos los días y se enfrentan a conflictos inmediatos.
Dicho esto, el caso de Mónica Vega es un caso muy especial. La madre, de Barranquilla, Colombia, dio a luz a una niña por cesárea a las 37 semanas. Y de manera increíble su propio bebé también tuvo que someterse a una cesárea en 24 horas. ¿Nunca has oído hablar de tal cosa? Ni yo tampoco.
Según las fuentes, el bebé de Mónica, Itzmara, estaba «embarazada» de su propio gemelo. ¿Por qué? Una rara situación de un feto en un feto.
Según la Academia Americana de Pediatría, el fenómeno consiste en la incorporación de uno o más fetos parcialmente desarrollados en el cuerpo de un feto normal. La Academia dice que la anomalía ocurre solo en uno de cada 1,500,000 nacimientos, por lo que es extremadamente rara.
En el caso de Mónica, el problema se vio ya desde la ecografía antes de dar a luz. A los siete meses de embarazo, se descubrió que, de hecho, tenía dos cordones umbilicales: uno que conectaba a Itzmara con su madre y otro que conectaba al bebé nonato con una masa que crecía dentro de ella.
Por ello, el Dr. Miguel Parra, experto en embarazos de alto riesgo, le aconsejó a Mónica que diera a luz a su bebé a las 37 semanas. Su preocupación era que si Itzmara permanecía en el útero de su madre, la gemela parasitaria podría seguir creciendo y dañar sus órganos.
La pequeña Itzmara tenía solo 24 horas cuando se sometió a una cirugía para extraer a su «gemelo». La cesárea estaba llena de riesgos, pero Itzmara salió bien de la operación y ahora se está recuperando muy bien.
En cuanto al gemelo, nunca podría haber sobrevivido por sí solo, ya que carecía de un corazón y un cerebro. El tejido se mantenía vivo gracias a los nutrientes extraídos directamente del corazón de Itzmara.
Bueno, ¡nunca antes había oído hablar de este fenómeno! ¡Es una suerte que tanto la pequeña Itzmara como su madre pudieran salir adelante!
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