No hay duda de que los animales establecen fuertes vínculos con los humanos y viceversa. Es por ello que la pérdida de una mascota puede ser una de las experiencias más dolorosas en la vida. Esto es lo que le pasó a la abuela Dorothy, su gata Gabby acababa de morir, pero nadie se esperaba lo que pasó luego.
Dorothy tenía un vínculo muy fuerte con su gata Gabby, a quien adoptó cuando sólo tenía dos años.
Según cuenta su nieta, Jill Layton-Hartman, la gata y su abuela eran inseparables en la vida y en la muerte, según The Dodo.
Poco después de llegar la gata a su vida, el marido de Dorothy murió y ella y su gata se fueron a vivir juntas a una residencia de ancianos.
Estaban tan unidas que incluso empezaron a manifestar signos de deterioro casi a la vez.
De repente, la abuela Dorothy ya no comía y empezó a perder peso. A su vez Gabby se mostraba ensimismada y no interactuaba mucho con su dueña.
La abuela decidió llevarla al veterinario, quien propuso dormirla ya que su amada Gabby estaba muy mal y muy cansada. Cuando Gabby se fue Dorothy volvió a casa y se echó a dormir una siesta en el sofá. Nunca despertó.
Así que Dorothy murió tan sólo cuatro horas después de que muriera su gata.
Jill Layton-Hartmans (Instagram)
¿Una extraña coincidencia o el resultado de su corazón roto? Lo que es seguro es que ambas deben estar ahora juntas en el cielo. Comparte esta historia con los demás para demostrarles los fuertes vínculos que existen entre los humanos y sus mascotas.