En marzo del año 2014 un pitbull atacó a Farrand Schneider.
El perro la mordió en la cara y tuvo que pasar 5 horas en el hospital.
Le dieron 19 puntos en el rostro y según los médicos estuvo a punto de perder un ojo.
Y por si fuera poco, la factura del hospital se subió por las nubes, cuenta Farrand.
El ataque y el trauma fueron muy fuertes y le cambiaron la vida - dando un giro que sus amigos no se esperaban.
Farrand, creció rodeada de perros y nunca se imaginó que algún día iba a ser atacada por un perro.
Cuando sufrió el ataque se volvió insegura y miedosa. Trataba a toda costa de evitar el contacto con los perros.
Era tal la angustia que los amigos de Farrand tenían que estar siempre pendientes de cualquier perro que aparecía cuando salían a la calle con ella.
”El cambio fue tan drástico que de ser una persona que adoraba a todos perros que veía, me convertí en otra con un miedo atroz a cualquier perro que se me acercaba», cuenta Farrand a The Odyssey Online.
Pero no solo el miedo a los perros limitaba la vida de Farrand.
La cicatriz en el rostro la hacía muy insegura.
Farrand trabajaba como camarera en un restaurante y muchos clientes se preguntaban como se había hecho una cicatriz cerca del ojo.
Algunos se acercaban y le preguntaban durante las pausas en el trabajo.
”Odiaba toda esta situación. Pero lo que más me molestaba era todos los comentarios que las personas hacían sobre los pitbull: Son perros terribles. Debían matarlos a todos. No puedo entender como se puede querer a un pitbull», relata Farrand.
Y añade: ”Escuchaba y créeme que hacía todo lo posible por defenderlos. Mi hermano tuvo un pitbull durante tres años y era el perro más cariñoso y adorable que he visto en la vida»
Nadie quería escuchar a Farrand. Cada uno tenía ya su opinión definida: Los pitbull son perros agresivos y no deberían existir.
”Les decía que lo más importante era la educación que recibe un perro y eso es responsabilidad del dueño no del animal. Pero nadie parecía querer oír mi opinión. Por este motivo tomé una decisión que no muchos hubieran tomado en mi situación: Compré un pitbull» cuenta Farrand.
El sábajo 14 de mayo del 2016, llegó un cachorro de pitbull de siete semanas.
Irony James fué el nombre que eligió Farrand.
”Por supuesto tenía miedo y estaba nerviosa al principio. Pero Irony era maravilloso y me ayudó a superar el miedo a los perros» comenta Farrand.
Ahora es su mejor amigo.
”Los Pitbull son realmente perros fantásticos y cariñosos. Así lo afirmo a pesar de mi experiencia» explica Farrand.
Farrand espera que su experiencia y su historia sirvan para cambiar la opinión de muchos.
«Si la sociedad ayudará a cambiar esta negatividad y se tratará a estos perros «malos» como a cualquier otro perro, cambiaría mucho la aptitud de la gente hacía los pitbull».
Debo decir que estoy impresionada con la aptitud de Farrand, quien no solo ha tenido la fuerza de superar su miedo.
Ella nos muestra claramente que ningún perro nace peligroso y agresivo. Yo comparto totalmente esta opinión.
Esperemos que su historia pueda ayudar a eliminar muchos prejuicios entorno a estos perros.
Comparte su historia en Facebook si tu también opinas que ningún perro nace «peligroso», sino que somos nosotros los humanos quienes tenemos la responsabilidad.