Hay pocas cosas peores que ver a animales maltratados e infelices. Los animales merecen sentirse libres, estar bien alimentados, y que se les ofrezca todo el amor que se merecen.
Sin embargo hay muchos casos de maltratos y a nosotros nos llegan solo algunos casos.
Para la perra de raza Shih Tzu rebautizada Liz, el maltrato era su permanente tortura.
Liz fue descubierta por un buen samaritano que la llevó de inmediato a la protectora Trio Animal Foundation en Chicago (EE UU). Cuando llegó, el personal estaba en shock: Pesaba menos de dos kilos. Era un milagro que estuviera viva.
La temperatura de su cuerpo era tan baja que ni siquiera se registraba en ningún termómetro. Estaba terriblemente demacrada, por decirlo de manera suave, y su pelaje estaba enmarañado.
Y lo peor de todo era que estaba empapada en su propia orina.
El personal de la protectora trasladó de inmediato a Liz a su veterinario para que recibiera la atención de emergencia. Los músculos de la pobre perra se habían atrofiado tanto que ni siquiera podía permanecer de pie.
Un Shih Tzus adulto debería pesar entre 4 y 6 kilos, y Liz estaba extremadamente famélica y esto era muy alarmante. Pero aún así no quisieron perder la esperanza.
A Liz se le administraron líquidos por vía intravenosa y fueron dando algunos trocitos de carne. Por su estado crítico se la debía alimentar lentamente y en cantidades muy pequeñas. Afortunadamente, el tratamiento comenzó a dar sus frutos…
La situación de Liz comenzó a mejorar gradualmente y su estómago comenzó a aceptar porciones más grandes de comida. Días más tarde fue capaz de mantener la cabeza en alto ella sola.
No está claro cómo Liz terminó en esta terrible situación, pero afortunadamente está mejorando y avanzando a pasos agigantados. La persona que abandonó o maltrató a Liz debería ser justamente castigada, pero desafortunadamente sigue siendo un misterio cómo la preciosa perra Shih Tzu terminó de esta manera.
Agradecemos al buen samaritano que tuvo el corazón de traer a Liz a la protectora en lugar de abandonarla a su horrible destino. ¡Le deseamos la mejor de las suertes en el futuro y esperamos que consiga el hogar y la familia que tanto se merece!