Hay actos tan atroces que cuesta digerirlos, como el reciente asesinato de una perrita Yorkshire en Bogotá, en Colombia.
Todo empezó un día en que su dueña la sacó a pasear junto a su otro perrito Benji por el parque. Allí se encontró con una vecina acompañada de su hijo. El niño se asustó por los ladridos de la perra y ésta también se espantó, mordiendo al menor en la pierna.
“La mordida fue pequeña, le cogió con los dientes la pierna (sin cerrar la mandíbula ni arrancarle ningún pedazo ni mucho menos). Fue una pequeña mordida y presenté las debidas disculpas a la mama”, cuenta su dueña en un post de la Fundación Adopta no Compres de Colombia.
Lo que nunca se imaginó es que esa tarde, hacia las 19h, su empleada sacó a los dos perritos, con tan mala suerte que se cruzó con el papa del niño. Éste nada más verles golpeó a la mujer y cargo a patadas contra Blair y Benji, matando a la perrita.
Los dueños de los dos animales, desconsolados, no pueden entender cómo alguien puede cometer semejante brutalidad contra un animal indefenso.
Según explicaron, el señor ya había demostrado un comportamiento violento en el vecindario.
Benji todavía lucha por su vida en una unidad de cuidados intensivos en la Clínica Dover. Mientras, su dueña intentan denunciar al presunto agresor.
A modo de protesta organizaron una concentración pacífica frente a la iglesia Santa Beatriz en Bogotá. Lamentablemente, la legislación del país no parece hacer mucho contra la crueldad animal.
¡Absolutamente indignante que alguien pueda cometer semejante acto! Todos los países deberían contar con una ley que proteja a los animales de actos tan salvajes. ¡Por favor, comparte esto para denunciar que día tras día, miles de mascotas sufran a manos de personas perturbadas y salgan impunes!
