En algunos países no es raro ver ciervos por el bosque, incluso cerca de las casas de campo. A veces estos tiernos animales se comen la mitad de las plantas del jardín y luego ponen sus caritas de "yo no he sido" a las que nadie se puede resistir.Y esta historia va a derretir hasta los corazones más duros.
Todos los que hemos visto Bambi sabemos lo súper tierno que puede ser un ciervo ¿pero y si son tres los que aparecen en tu casa?
Esto fue precisamente lo que esta mujer descubrió en el salón de su casa, después de haber olvidado la puerta abierta durante una tormenta.
La mujer, que aparece como la usuaria Amscolie en Imgur, compartió su historia después de, por error, haber dejado la puerta trasera de su casa abierta, mientras preparaba la casa para una tormenta inminente.
Durante la tormenta salieron un momento para ver cómo estaban los ciervos que suelen rondar alrededor de su casa, por los que se solía preocupar siempre. Pero no podía encontrarlos por nigún sitio.
Pero resultó que no estaban muy lejos…
Los animales tienen fama de ser capaces de predecir cuando se acerca una catástrofe natural, de hecho sus capacidades en este sentido son muy superiores a las de los humanos, según AccuWeather.
No sabemos exactamente cómo lo hacen, pero pueden sentir los cambios en el aire o percibir frescuencias de sonido que el oído humano no es capaz de detectar.
Por eso los perros, los elefantes, los caballos y los pájaros pueden parecer preocupados antes de una tormenta u otro tipo de importante evento meteorológico.
Y los ciervos no son una excepción.
Estos tres pequeños ciervos, ante la fuerte tormenta, se metieron en la casa de Amscolies, sin que ella se diera cuenta.
Cuando vieron que la puerta trasera se había quedado entreabierta, los pequeñines se colaron dentro para refugiarse, ¡gran plan!
”Les dejé dormir en casa porque el tiempo era terrible», cuenta Amscolie.
Puede que su mamá estuviese preocupada al no encontrar a sus pequeños durante una tormente, pero estos ciervos sabían exactamente lo que tenían que hacer. Al día sugiente volvieron al bosque.
Un final feliz para una situación peligrosa, y los ciervos no dudaron en mostrar su agradecimiento.
Amscolie tiene toda la razón cuando escribe: «¿Cómo hubiese podido nadie decir que no a esta carita?»
¿La respuesta? Sencillamente no se puede. Es maravilloso mirarlos.
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