Fue la madre Kathy quien vio algo por la ventana, primero pensó que era uno de los perros del vecino que estaba perdido y que se había acostado frente a la puerta principal, pero realmente era un puma.
Tocó la ventana para llamar la atención del animal y se asustó al ver que no era un perro, era un puma que tranquilamente descansaba en el sol.
La familia se quedó mirando el puma con una mezcla de miedo y curiosidad, pero el puma los ignoró completamente, estaba cansado y sólo quería disfrutar del sol.
Así que después de un día agradable y soleado en la residencia de los Inman el puma pudo volver a su propio hogar. Para este animal salvaje fue una aventura y para los Inman fue una situación que jamás van a olvidar.
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