Este perro recorrió 8 kilómetros para asistir al funeral de su dueña

Todos sabemos que el apodo del "mejor amigo del hombre" es algo que este animal se ha ganado a pulso. Estas mascotas matienen con los humanos una relación que en ocasiones va más allá de la muerte, como es el caso del perrito de esta historia, oriundo de Montemorelos, en México.

Rosalba Quiroz era la dueña de este perrito llamado Bayron Max, quien lamentablemente cayó enferma de cáncer.

Su enfermedad empeoró hasta tal punto que tuvo que dejar su rancho y ser trasladada al hospital. Ese mismo día, Bayron Max también desapareció.

La mujer falleció y los familiares celebraron el funeral en una capilla que se encontraba a 8 kilómetros del rancho de Rosalba. Cuál fue la sorpresa de los parientes cuando en el lugar apareció el perro. Estaba ahí para despedirse de su dueña.

En los últimos días de su enfermedad, Rosalba debía pasar gran parte de su tiempo en casa de familiares. A menudo iba hacia el rancho tan sólo para alimentar a su perro.

Pero llegó el punto en el que ya no pudo ir más y ella tuvo que ser trasladada al hospital. Fue entonces cuando el perro desapareció y nadie quiso contárselo a su dueña.

Unos 15 días después de su desaparición Rosalba falleció y el perro apareció en la capilla donde se celebraba su funeral, en el centro de Montemorelos.

«Nosotros por lo regular no dejamos entrar animales, pero como el perro aullaba y con sus patitas rasgaba la puerta lo dejamos entrar», dijo un empleado de la funeraria municipal al diario El Sol.

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«Aquí anduvo el animalito, llegó el sábado en la mañana y se quedó hasta el domingo, andaba de un lado para otro, iba y se acostaba al lado del féretro, luego como que aullaba y volvía a acostarse», señaló.

«Nunca habíamos visto un caso así, y a todos nos sorprendió de cómo el animalito sin conocer llegó solito para despedirse de su dueña», dijo el encargado de la funeraria.

Bayron Max se quedó junto al féretro de su dueña para despedirse hasta el mismo momento en que fue sepultada.

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Nadie le trajo allí, fue su instinto el que le permitió recorrer los 8 kilómetros que le separaban de su dueña fallecida.

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Rosalba había contado a sus familiares antes de morir, fue su perro quien la consoló y la abrazó en los momentos más duros de su enfermedad, y pidió que por favor cuidaran para siempre a su fiel mascota.

Por favor comparte la triste y a su vez conmodeora historia, de este perrito dando el último adiós a su dueña.