Su cuerpo está lleno de cicatrices y es coja en una pata deforme. Sin embargo el elefante ha estado encarcelado por más de 20 años y ha tenido que trabajar en los bosques de Camboya. Hasta ahora. Después de un viaje largo por fin ha encontrado la tranquilidad.
Esta era la vida cotidiana de Kabu. Encadenada y trabajando.
Pero hace unos días Lek Chailert, el fundador de Elephant Nature Park en Thailandia, viajó a Camboya para finalizar el sufrimiento de Kabu. Cuando Chailert llegó al país también se enteró de que Kabu había tenido dos hijos. Uno de ellos lo habían vendido a un sito de turistas y el otro había muerto en un accidente.
El viaje al parque de elefantes no fue fácil. Kabu estaba confundida y tenía miedo. Al principio no se quería montar al camión que la iba a llevar allá. Después de medio día se montó al camión. Ahí empezó el viaje a una vida sin sufrimiento y esclavitud.
Después de 12 horas Kabu por fin llegó al centro de animales. Ahora no tenía problema en bajarse del camión. Y cuando se encontró con los otros elefantes la recibieron con cariño. Según The Dodo Kabu no pudo contener las lágrimas cuando saludó a los otros elefantes.
Según Lek Chailert Kabu ahora está descansando en el parque. Pero el trabajo sigue. Ahora van a tratar de que la salud de Kabu se mejore y Chailert promete que va a tratar de encontrar el bebé de Kabu. Cruzemos los dedos para que lo logre.
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