La maldad que existe en ciertas personas es imposible de entender, menos mal que hay más personas buenas que malas.
Un buen ejemplo de ello es esta historia de Patok.
Un viejo burro dejó de ser útil para trabajar y los aldeanos tuvieron una idea. Habían cazado un lobo en las cercanías y lo encerraron en una pequeña jaula. El lobo necesitaba comida, y como el burro ya les resultaba inservible, qué mejor comida para el hambriento animal, escribe Honest to Paws.
Condujeron al burro a la jaula y abrieron la puerta. Todos estaban convencidos de que en cuanto lo metieran allí, el burro caería en las fauces del lobo y moriría. Pero lo que ocurrió fue fantástico.
El lobo no solo no tocó al burro sino que se conviritieron en los amigos, disfrutando de la compañía el uno del otro.
Estos nuevos compañeros no se separan, y el lobo está contento de tener finalmente un amigo.
El lobo y el burro viven juntos en paz y armonía para sorpresa de los habitantes del pueblo.
La historia se difundió por todo el país, Abania, y finalmente llega a oídos de su gobierno, que consideró que el lobo debe salir del cautiverio y vivir en libertad.
Incluso el burro quedó en libertad. Podrá vivir el resto de su vida en un prado donde será bien cuidado.
Aquí puedes ver un vídeo sobre esta inusual amistad:
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