Hace poco, una amiga publicó un mensaje muy importante por Facebook.
El tema no es nuevo pero sigue siendo muy importante, su mensaje me hizo comprender un poco más cómo es vivir con TDAH o TDA, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
Soy igual a ti pero al mismo tiempo completamente diferente.
Tengo los mismo sentimientos, las mismas experiencias, sólo que siento todo un poco más, cuando me alegro siento euforia, cuando me molesto me enfurezco, cuando me pongo triste me siento devastado.
Cuando alguien me hiere siento como si el mundo se fuese a acabar, cuando me dan un abrazo, todo mejora de nuevo a pesar de lo grave que estaba todo hace poco.
A veces me lo tomo todo personal, como que todo está contra mí. Como no tengo una válvula en el cerebro, todo sale de otra manera, normalmente por la boca, puedo sonar mal, quizás crees que exagero. Pero como no tengo esa válvula que tú tienes, las cosas me suceden de manera exagerada, no tengo la forma de ordenar los pensamientos y quitar lo malo, lo que no es realista.
No soy malo escuchando pero a veces me cuesta concentrarme; las gotas del grifo, un auto que pasa, una pareja sentada en un café, todo lo que tú puedes ignorar con la ayuda de tu válvula, todo eso queda en mi cabeza, veo tus labios moverse pero lamento que a veces no consigo oír lo que dices a pesar de que lo intente de verdad.
No lo hago para ignorarte, sino porque hay tantas otras cosas que escuchar y registrar. Si estamos en un cuarto totalmente silencioso, escucho más bien el silencio que se mezcla con los pensamientos de mi cabeza, porque allí adentro, nunca hay silencio.
A veces te molestas conmigo porque te he preguntado una cosa y casi al inmediato te hago la misma pregunta de nuevo.
No, no soy bruto, lento o estúpido, sólo es que la respuesta que me das desaparece entre todos los pensamientos demás en mi cabeza, por eso tengo que preguntar de nuevo.
Y tal vez una vez más para que se quede totalmente, para yo recordarlo.
Quedarme echado en el sofá una noche entera viendo una película no va muy bien conmigo, después de un rato siento la inquietud en el cuerpo, pierdo la concentración y miro todo lo demás excepto lo que sucede en la pantalla.
Cuando mi cuerpo me dice que necesito un cambio, mi paciencia se agota aunque me encanta la película, sólo deja que mi cerebro descanse diez minutos y luego podemos seguir viendo la peli, mi mente no puede procesar todas las impresiones como el tuyo y me canso rápidamente.
¿Te vuelve loco que no puedo dejar en paz el teléfono, el edredón, la ropa o cualquier cosa que tenga en mi mano? Es sólo mi forma de drenar un poco de energía y así mantenerme enfocado en lo importante.
A veces puede parecer como si no te entendiera a ti y a tus sentimientos, pero comprendo mucho más de lo que pueda expresar con palabras.
Porque cuando se trata de sentimientos fuertes, controlan a mi cerebro y no salen las palabras de mi boca, estoy más que ocupado controlando el cuerpo para no hacer algo no deseado a mí mismo o a otros.
¿Estoy tirando las cosas por todos lados? El caos es mi manera de mantener el orden, hay caos en mi cabeza todo el tiempo y así es como me siento.
Cuando me siento seguro, es cuando siento que tengo el control.
¿Te sorprende cómo me puedo molestar en un momento y poco después estoy muy alegre? No te dejes sorprender, mi estado de ánimo se maneja por el sentimiento que domina en el momento, es algo que puede cambiar rápidamente, en mi cerebro hay movimiento constante, a veces me pierdo.
¿Te parece que a menudo estoy en conflictos con otros? Es sólo porque odio las injusticias y no aguanto ignorar cuando están siendo tratados injustamente.
Soy experto en meterme en asuntos ajenos, no lo hago para molestar sino porque me falta el freno de cobardía que es tan característico de los humanos, me falta la forma de pensar en las consecuencias y tiendo a meterme en situaciones peligrosas para salvar a otros que me importan y con quienes simpatizo.
Tal vez piensas que soy experto en avergonzarme. Debes entender que ser ruidoso, brincar en charcos o reírme altamente no me avergüenza, hago lo que me apetece en el momento, no tengo tiempo para ponderar sobre lo que puedan pensar los demás sobre mí, hay tantas otras cosas que me distraen.
No comprendo las instrucciones igual de rápido que tú, a veces una persona me puede explicar la misma cosa diez veces sin que entienda nada, luego viene otra persona y de repente entiendo todo directamente, no importa lo que me dices sino cómo me lo dices.
¿Estas cansada de que he perdido las llaves cada vez que vamos a salir y luego siempre están en el bolsillo de la chaqueta al regresar a casa?
Simplemente hay que acostumbrarse, mi cerebro está tan distraído que no recuerdo dónde quedan las cosas, las suelto y las dejo sin darme cuenta.
Nosotros con TDAH/TDA somos intensos, sentimos más, odiamos más, sentimos más tristeza.
Pero también amamos más, porque cuando amamos a alguien no lo hacemos sólo con el corazón sino con todo el cuerpo.
Cuando sientes que no aguantas más ser comprensivo, toma una pausa o un paseo, toma una pausa de nosotros, porque podemos ser bastante frustrantes, cosas pasan cuando
estamos presentes, estamos en constante movimiento, pero no somos sólo intensos e hiperactivos.
Somos inteligentes y creativos, tenemos otra forma de pensar, porque nos falta esa válvula, para sobrevivir hemos creado nuestra propia manera de ser y actuar.
Debes dejadnos ser así, dejadnos la oportunidad de ser como somos, dejadnos aprovechar las partes positivas que conlleva nuestra discapacidad y así verás cuánto te podemos ofrecer, comprenderás y te sentirás orgulloso de poder seguir nuestro viaje y descubrir el mundo desde nuestra perspectiva.
Esto fue escrito por Nadia Salwin, aquí encuentras su blog. ¡Bien hecho, Nadia!
¡Comparte este mensaje importante con todo el mundo!
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