Kabelo es un rinoceronte bebé que lamentablemente, como muchos otros en África, se quedó huérfano cuando su madre fue asesinada por cadazadores furtivos. Quienes lo encontraron se lo llevaron a “The Rhino Orphanage”, un orfanato para rinocerontes en la provincia de Limpopo en Sudáfrica. Era demasiado pequeño como para dejarlo con otros ejemplares de su especie, así que la veterinaria Laura Ellison se ocupó de él.
Laura se dedicó con tanto esmero que los primeros cinco días incluso durmió con el pequeño para que no tuviera miedo y no echara de menos a su mamá.
Él parecía estar encantado con la idea.
Con todo el cuidado del mundo evitó aplastarla y cada dos por tres la llenó de mimos para agradecerle el amor que le daba.
Laura le presentó a otros congéneres para acostumbrarle a socializar.
Ambos son ahora grandes amigos y aunque ahora Kabelo es demasiado grande, sigue demostrándole todo su aprecio cuando tiene ocasión.
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