A todos los que nos gustan los animales, o que tenemos un mínimo de decencia humana, nos parece inconcebible alguien sea capaz de hacer daño a su mascota, sobre todo siendo apenas un bebé.
Lamentablemente, estas cosas suceden demasiado a menudo y si la justicia no hace algo al respecto estas barbaridades nunca cesarán. Por eso, me pareció ejemplar la lección que le dio este juez a uno de estos abusadores de animales.
Michael Sutton, de Ohio, en Estados Unidos, fue juzgado recientemente por maltratar y matar a su cachorro, un mix de pit bull llamado Knox. Hace unos meses, tomó a su joven mascota y, tras darle una paliza, la lanzó desde el balcón de su casa. Después fue a buscar el cuerpo del animal y lo tiró a un contenedor de basura para que no le detuvieran.
Por suerte, las autoridades dieron con este asesino de perros y fue llevado ante el juez Michael E. Cicconetti. Sutton, de 23 años, quien se declaró culpable de los cargos por crueldad animal, admitió los hechos y los justificó alegando que el cachorrito orinó en su cama. Además, su defensa achacó su conducta a problemas psiquiátricos.
Sin embargo, este juez no estaba dispuesto a permitir que el acusado se fuera sin castigo y desató su ira contra él.
“Tu eres repugnante, eres cruel, eres inhumano, lo que hiciste aquí. ¡Oh, me encantaría tirarte a un basurero! Oh, sí, me encantaría eso”, dijo Cicconetti sin ninguna intención de mostrar clemencia hacia el joven.
“Estoy cansado de la gente que viene aquí y culpa a su enfermedad mental”, añadió, “entonces tenemos que conseguirte medicación. Tenemos que pagar por ella y entonces tú no la tomarás”, añadió iracundo.
El juez condenó a Sutton a cumplir seis meses de cárcel y cinco de libertad condicional. Tampoco podrá tener más otro animal ni acercarse a uno, de lo contrario entraría de nuevo en la cárcel.
Otra de las razones por las que el juez fue duro en su sentencia es que no era el primer crimen de Sutton. El joven ya tenía en su haber dos cargos por violencia doméstica y no se le permite acercarse a la casa de su madre.
Ojalá todos los jueces del mundo se tomaran tan en serio las afrentas contra nuestros amigos peludos. ¿Estás de acuerdo con la decisión del juez? ¡Compártelo con tus amigos amantes de los animales!